viernes, 15 de enero de 2010

Una acción ineludible

Tras las fiestas y entre escapada y escapada que tiene el verano me dispongo a desarrollar un tema de extrema cotidianeidad. Quizás tan frecuente sea que uno no lo tiene en la conciencia sino que lo hace automáticamente y a veces hasta lo varía simplemente para cambiar la rutina. El saludo.

Todo saludo tiene algo de especial, ya sea el personal, el telefónico o incluso el saludo de Messenger. Cada uno de ellos y cada una de sus formas indican, voluntaria o involuntariamente, que espera la persona de la conversación y como esta predispuesta para la misma. Explico y ejemplifico:

Antes de empezar descarto todo tipo de saludos bizarros y antiguos que incluyen juegos de palabras. Una persona que saluda a otra con un como te baila? o un todo viento? no merece respuesta. No la merece eh, no es chiste, con una mirada que marque lo equivocado que está y lo lejos que quedó en el tiempo basta. Ni hablar de un que acelga?… pobrísimo.

Me molesta enormemente la gente que tras una conversación incluye un “cuidate” en el saludo. Peeero obvio que me voy a cuidar, cuidate vos! Y si querés, vení vos a cuidarme a mi pero no me digas cuidate, no soy tarado. Si estuvimos hablando, cruzamos aunque sea dos frases y te diste cuenta que la cabeza masomenos me carbura, no me digas cuidate, no soy un inconciente.

Otro modismo que no me gusta aunque de este me reconozco pieza ineludible es del “todo bien?” “si, todo bien”. Hay una propaganda dando vueltas por la tele sobre esta frase en particular. Me sentí muy identificado con el flaco que dice “no, la verdad que no” y la otra persona ya se fue. Me ha pasado, feea situación. No me gusta, pero contra ese no puedo hacer nada, soy parte.

Con respecto a un modismo propio del saludo físico, aborrezco a las personas, generalmente hombres, que al saludar con un beso, en lugar de colocar su mano en tu hombro, o quizás en tu espalda simulando medio abrazo si se trata de una relación de amistad, colocan la palma de su mano en la parte postero-superior de tu cabeza o en la nuca. NO!!! Bajo ningún punto de vista y en ninguna situación tolero ese saludo. En primer lugar porque cuido de mi pelo y no me gusta que me lo anden tocando y en segundo lugar porque el tomar la cabeza de la otra persona (en esta o cualquier otra situación que se les ocurra hacerlo) denota la intención del manejo del movimiento del otro. Una acción puramente soez, manipuladora, vil e infame. Asquerosa.

Hay un gesto muy visto desde los chicos (chicos) hacia los grandes totalmente admirable y desbordante de ternura. Ante el encuentro y el acercamiento del mayor a saludar al infante, este se aproxima como para dar un beso y luego inclina la cabeza como esperando recibir del adulto un beso en la frente o en la parte superior de la cabeza. Fantástico acto.


Digan lo que quieran, pero sobre gustos (de saludos) ahora hay algo escrito.