viernes, 2 de septiembre de 2011

Síndrome de Defensor Central

Si bien me la paso escribiendo, hace rato que no me sentaba a hacerlo con este objetivo, pero si volví es porque creo que he descubierto algo. No se relaciona necesariamente con el objetivo primario que dio a luz a este espacio, pero es el espacio que tengo.
Padezco el “Síndrome de Defensor Central (SDC)”. Creo que sé en qué momento fue adquirido, aunque puede que sea congénito, pero está.
Presumo que todo empezó de la mano de un referente de mi infancia, el señor Oscar Cartucho Casanova, cuando me agarró apenas cumplidos mis diez años a la salida de un partido de Liga Country Sur en el cual me desempeñaba como segundo delantero cual si fuera el melli Guillermo.
Imposible olvidarlo, fue en ese espacio verde que hay entre la cancha 1 y la 2 cuando me tomó del hombro y me dijo “Escuche, su papá juega de central y su hermano juega de central, usted puede elegir entre seguir jugando de delantero acá o venir a jugar de central conmigo”. Duro, áspero, pero realista. Para elegir hay que tener cintura me dijo un profesor diez años después. Si leyeron el título se darán cuenta que accedí sin pensar que ese simple hecho me cambiaría mi vida, no solo dentro de un campo de juego sino fuera también, ya que como dijo Sacheri, los que dicen que la vida no se relaciona con el fútbol no entienden nada, ni de la vida, ni del fútbol.
Desde ese instante tomé otra óptica de la vida, la visión panorámica, desde el fondo. Lo que me di cuenta recientemente es que analizando mis actos, esto repercute en todos, como en el estudio por ejemplo.
Tanto en la secundaria como en la facultad, siempre sentí la necesidad de sentarme atrás, al fondo, espalda a la pared, si se puede ángulo mejor, cerquita de las telarañas. Llegar tarde y tener que sentarme adelante me hacía volverme incómodo toda la clase, moverme, no lograr hallarme. La sensación de intuir que algo transcurre detrás de mí y no tener la certeza de que exista es lo que no me deja tranquilo. No creo que parta del sentimiento de querer ser parte activa de todo, pero por lo menos tenerlo controlado. Releyendo suena algo paranoico, pero no.
Prefiero las películas en casa antes que el cine. Si bien me gusta mucho nunca termino de encontrar la posición. Que erguido, que doblado, que piernas arriba, que abajo, no es mi lugar, no puedo ver.
En la calle, en la cancha, en cualquier lado me encuentra mirando cada tanto por sobre mi hombro, solo para corroborar que todo esté bien, como esperando un pulgar arriba del arquero que diga que siga.
Mis amigos se quejan de mi porte al comer, ya sea en casa o afuera. En una mesa típica de varias personas, si adoptase la postura que todos consideran correcta tendría solo visión hacia quien está frente de mí y quien está a su lado. En cambio, prefiero sentarme en una punta y, al colocar el pie sobre la silla del que está a mi lado, poder girar el torso de frente a la mesa, es todo mucho más claro. Ni hablar si hay cabecera, es mía.
La Real Academia Española define síndrome como un conjunto de fenómenos que caracterizan una situación determinada, sin dudas lo es.
Investigadores, médicos, periodistas, público en general, permítanme presentarles el Síndrome de Defensor Central.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Muchas gracias

Tras mucho tiempo sin escribir y exceso de experiencias en este período, me surgen y me urgen las ganas de vaciar un poco la ensalada de la cabeza y tratar de volcarla en esta pseudo-hoja que me muestra la pantalla. No me nace ningún tema en particular, solo las ganas de escribir, por lo que, likealways, miro a mi alrededor y veo que pasa.

Pocos defectos peores existen que el desagradecimiento y, lamentablemente, el mismo se vive en todos los estratos de la sociedad, a nivel colectivo e individual.
Como siempre a la hora de ejemplificar, como primera instancia elijo el fútbol.

Se ha visto parte de la tribuna de Boca en algún momento insultando a Palermo y/o a Riquelme. Se ha visto a la tribuna de River insultar a Passarella y a Astrada. Se ha escuchado a Racing pedir la cabeza de Mostaza.
Si yo realmente soy hincha de River y ví al jefe dejar literalmente la vida adentro de una cancha y defender la misma camiseta durante tantos años con tantos logros, sentado en el banco se puede equivocar las veces que quiera. Puedo pretender que no sea más el técnico, puedo tener preferencias por otro, lógico, pero nunca puedo insultar a un tipo que me dio tantas alegrías.
Ni hablar de ser hincha de Boca y “tener que optar” por uno de los dos tipos que más veces me hizo gritar en una cancha. Una ridiculez absoluta y carente de sentido.
De Mostaza no digo nada, la historia habla sola. Un campeonato después de 35 años, a ese tipo tendrían que regalarle una silla en el banco del cilindro y que la use cuando quiera.

En la amistad, en las parejas, incluso en el fútbol amateur que juega uno con amigos, en todos lados se refleja el desagradecimiento, que es una muestra clarísima de egoísmo y/o resentimiento, aunque prefiero la primera.
Un ejemplo es el defensor que siempre criticó a los delanteros de dejarlo en banda a la hora de marcar. Cuando a este le regalan la posibilidad de ocupar un puesto ofensivo en la cancha, lo primero que hace cuando lo atacan es descansar.
El amigo que está colgado, lo metés de onda en tu grupo y te termina dejando afuera…

Lamentablemente ejemplos sobran pero me aqueja uno en particular en este momento.
Cada uno ve el fútbol a su manera por lo que cada cual tiene preferencias por un técnico en particular. Yo por mi cuenta me presento como bielsista desde hace años, sin embargo no me considero desagradecido. Por este simple motivo, la gente puede querer o no querer, gustar o no gustar, de las formas del último y recientemente despedido DT de la Selección, asimismo, por tratarse de esta persona, jamás de los jamases puede recibir un insulto de ningún compatriota. Bajo ningún concepto, en ningún punto de vista, nadie que sea argentino, realmente argentino, puede insultarlo, porque esa sería la muestra más grande del desagradecimiento que puede mostrar una persona.

Que digan lo que quieran, pero sobre gustos ahora hay algo escrito.
Me gusta Diego en la Selección.


“…no te vayas campeón, quiero verte otra vez…”

domingo, 9 de mayo de 2010

A levantar cabeza

Con tiempo y muchas ganas, me vuelco a escribir sobre un hecho particular que me tocó vivir hoy. No me avocaré a esto en particular sino a sus consecuencias en mi persona.

Pocas cosas más lindas hay que tener un proyecto a futuro (corto, mediano, largo plazo), trabajarlo, pulirlo, seguir trabajando, mejorarlo y finalmente ver que los resultados son iguales o mejores que los que uno había imaginado en un principio.

En la charla técnica todos los equipos son campeones del mundo, pero cuando salen a la cancha, la pelota quema, los rivales también corren, el árbitro se equivoca y los de afuera putean. Ahí es donde se ve el trabajo real. No en las frases estúpidas que uno pueda evocar para concentrar o motivar en un vestuario sino cuando la pelota rueda, el tiempo pasa y las ideas carecen.

Peor aún es cuando las ideas están claras e incorporadas pero por el entorno o uno mismo no puede ejecutarlas a gusto. Y ahí surge la posta, el punto de hoy, el entorno.

¿Cuánto influye este en los resultados? ¿Cuán significativo es? ¿Qué importancia se le da y qué importancia tiene realmente? ¿Cuán inmunes somos a la hora de que este se involucre?

Cuando uno prevee una situación de la vida, al igual que en el fútbol, sabe que puede ganar, empatar o perder, pero lógicamente esperara con ansias la victoria.
Cuanto más se presente esta, mayor será el grado de felicidad, pero al mismo tiempo, menor será el grado del aprendizaje porque no hay nada que enseñe más que la derrota y dichoso aquel que nunca la enfrenta, pero pobre también, pobre en crecimiento.

Claramente esto es un lime, pero también es claro que un sacudón a la omnipotencia duele y mucho, pero pensandolo un poco, no viene taaaaaaaan mal.


Digan lo que quieran, pero sobre gustos ahora hay algo escrito:
“Junta esperencia en la vida
hasta pa dar y prestar
quien la tiene que pasar
entre sufrimiento y llanto,
porque nada enseña tanto
como el sufrir y el llorar.”


José Hernández – Martín Fierro

jueves, 18 de marzo de 2010

Salimos y vamos viendo

Tengo muchas ganas, algo de tiempo y nada de ideas para sentarme a escribir.
Arranco e improviso sobre la marcha
Y puedo encarar para ese lado, la improvisación:

Una vez un gran profesor me dijo “No planificar es planificar el fracaso”.
Tras ese comentario y con un poco más de tiempo, me puse a recordar rápidamente los logros que había alcanzado en mi vida hasta ese momento en todos los aspectos. En las relaciones humanas, en lo laboral, en lo relacionado al estudio, todo.
Me di cuenta que en su mayoría habían sido planificadas mis formas de actuar de antemano. Todas ellas pensadas, repensadas, premeditadas y estudiadas.

A su vez me considero una persona sumamente impulsiva, pero en las pequeñas cosas.
Es decir, estar en la playa de noche con amigos y decidir sacarse la ropa y entrar corriendo al mar no requiere planificación previa, sino que es un acto totalmente impulsivo. Lo mismo el pasear, encontrar algo que te guste y comprarlo o estar cansado de todo, cagarte en las ocupaciones y compromisos y salir a correr un rato.

Improvisar es un arte y no todos están capacitados para realizarlo.
No todos los que si lo están, pueden hacerlo en todos los aspectos de la vida.

Pero volviendo a la planificación y a su importancia, mi pensamiento es que debe ser tan estricta como abarcativa, sin llegar a ser necia, pero rodeada de flexibilidad.

Ejemplifico:
En mi rol de Director técnico / Entrenador / Preparador físico ideo un entrenamiento con un objetivo X.
Absolutamente todos los entrenamientos son planificados con mucha anterioridad (estricto) y cada uno de ellos posee un espectro de ramificaciones para el cual se puede encarar según como resulte (abarcativo).
Al mismo tiempo, si veo que no resulta porque no es la forma, no son los medios o simplemente no es el día, cambio (no necio) y elijo otra de las ramificaciones o hasta puede que comience con lo planificado para el entrenamiento siguiente (flexible).

Qué quiere decir esto?
Que quien dice encarar la vida sin una planificación, es mentira. Su planificación es no planificar y no planificar es planificar el fracaso.
Generalmente, no siempre, porque uno a veces quiere tirar un centro y se la pone en la cabeza al 9, otras veces sale a la tribuna y otras veces (y sin quererlo) pifia el arquero y termina como golazo (KC).

De todas formas y para cerrar, cuanto uno más proyecte, prevea y planifique, más seguro se encontrará al actuar, pero a su vez siempre existe el factor azar, al cuál, cuanto menos margen le demos, mejor, pero a la larga, si tocás 90 minutos, pegas 3 palos y en un despeje sin destino el viento ayuda y te la clavan, los tres puntos se los queda el otro.
Si no preguntale a Vivas.

Que digan lo que quieran, pero sobre gustos ahora hay algo escrito:
Cada presunción está sujeta al veredicto de la realidad.

martes, 23 de febrero de 2010

Cada loco con su circo.

Soy conciente de que el nivel ha ido decayendo en los últimos textos. Lo sé porque a pesar de mi enorme optimismo soy a su vez muy autocrítico. Es sabido que es mucho más fácil ver los errores en los demás que en uno mismo. Y las virtudes? Para ese lado apunto hoy…

Es bueno reconocer virtudes y defectos propios y ajenos, pero también es lindo agregarle a todos ellos un poquito, tan solo un poquito de circo. Somos argentinos, nos gusta el circo por naturaleza. Nos gusta que los políticos besen viejos antes de las elecciones, nos gusta que un jugador se bese la camiseta cuando mete un gol, nos gusta que nos digan que somos los más lindos y los mejores, aunque la otra persona no lo crea, porque interiormente sabemos, o queremos saber que es verdad, que lo somos.
Por todo esto gente como Migliore, carente de cualidades futbolísticas, cirquero de piel, termina siendo ovacionado en cuanto club aparezca. Obviamente, si este pobre arquero es aplaudido, no quedaba otro puesto para EL SEÑOR CIRCO que Director Técnico de la Selección Nacional de Fútbol.

No es malo hacer un poco de circo, el punto está en cuánto después podes sustentar con acciones. Sigo excavando un poquito más y llego exactamente a donde quiero:

Cómo se desarrolla el circo en la vida diaria? En el estudio por ejemplo. Sea a nivel primario, secundario, terciario o universitario. Siempre, siempre eh, está el que termina el exámen y te come la cabeza: “no te puedo creer, que mal me fue, me quiero morir, no sabía nada, me quiero morir, que mal me fue, que desastre, me van a coger, cómo me cogió!!!, la puta madre, que mal me fue, me quiero morir”.
Llegan las notas y el salame que se quejó toda la semana no baja de 7… La máxima expresión cotidiana del circo.
En cambio yo no, yo si te digo que me fue mal, me fue mal y no paso del 3!!!! Por que soy un hombre de palabra. Y si te digo que me fue bien, me fue bien, aunque algún que otro 3 cae en esas también…

Entonces concluyo que hay gente que vive del circo, muchos periodistas lamentablemente, pero hay otros que tratamos de manejarlo.

Existe gente también que trata de mantenerse alejada, que dice buscar solo la verdad y no comprar espejitos de colores. Respeto, pero no comparto.

Que digan lo que quieran, pero sobre gustos ahora hay algo escrito:
Me gusta el circo, pero solo un poco.

viernes, 19 de febrero de 2010

Empalagame que me gusta

Cuando un partido se pone complicado y el DT decide guardarse los movimientos tácticos en el bolsillo, mandar lo que tenga al área y sacar centros de donde pueda, son pocos los que quedan en el fondo por algún descuido y ante la posibilidad de algún contragolpe, estos deberán correr y pensar más para suplir a todos los que no están. En este momento de semivacaciones me encuentro en una situación parecida como, intuyo, tantas otras personas en diferentes aspectos, ya sea laborales, relacionados al estudio o a las relaciones interpersonales.

Aún así trato de encontrar el hueco y enfrentarme a la hoja en blanco.

Pocos momentos cotidianos son más felices en la vida de un chico que cuando ingresa a un kiosco. Obviamente no hablamos de un mendikiosco sino esos con aire acondicionado, donde toda la mercadería está, vidrio de por medio, expuesta y pidiendo a gritos que te la lleves, que la devores, que la hagas tuya. Cuáles son los motivos por el cual uno no pone los brazos en canasta y se lleva todo?

Primero, que hoy un chocolate cotiza en bolsa. En segunda instancia, que si bien todo tienta y es lindo saber que todos los chocolates se mueren porque los comas, hay una realidad de que no todos son iguales y no todos gustan de la misma manera. Entonces si uno opta por alguno, el otro pensará que esta persona no entiende nada sobre chocolates. Pero es así, en la vida hay que elegir y no todos saben hacerlo. Para elegir hay que tener cintura.

Por este motivo, y para no generar confusiones, trataré de develar la verdad sobre esta comida (muy) erróneamente relacionada con la infancia.

Para comenzar trataré de eliminar de la competencia todos aquellos que portan algún tipo de elemento ajeno a la comida y que son adquiridos por eso. Ejemplifico: Los dos corazones. Uno de los chocolates más feos que puede tener un kiosco, pero que muchos lo compran por el mendipoema que viene anexo. Vulgar como pocos.
Como estos suprimo a aquellos chupetines que vienen en caja con sorpresa cual huevo kinder. Donde se caga no se come. Si sos chupetin no podes venir en caja y taer sorpresas. Si queres traer sorpresas, operate para el cambio de sexo y hacete cajita feliz.

Claramente hay pocos chupetines válidos. Los pico dulce (comunes, multicolores, nada de cosas nuevas, azules? negros? gilada....),los que nadie sabe como se llaman ni de que marca son pero los comió toda la infancia, el clásico palito con el chupetin esfera arriba (peleas por el de gusto a coca) y finalmente, su excelencia en chupetines, si no me equivoco se llamaba babydoll. Qué puede ser malo si viene de a cuatro?????

Caramelos y chicles suprimo. Esas no son golosinas, son entremeses. Quizás un butter toffies pueda entrar en la conversación pero será rápidamente eliminado. El resto, ni se gasten.

Volviendo a los chocolates, empecemos a eliminar de a poco.
Chocolate con maní, nuez, avellanas, sarasa, out. Incluso mi amigo Toblerone, perdoname, pero no va.
El chocolate blanco es bueno, es válido. Si estas en una reunión y se terminó el negro se puede comer, sino es perder el tiempo.
Chocolate cabsha: bomba de humo.

Dentro de esta breve selección empezaré a destacar algunos en forma progresiva ascendente:
Chocolate Jack: Buen sabor, el muñeco suma mucho, pero el chocolate lo vale.
Kinder (todas sus formas): La partenegra mezclada con la blanca dá una sensación única, pero le falta para encabezar.
Bizznike: Fantástico, clave. Error de marketing, el individual es muuuy chico, el otro es muuuy grande.
Chocolates lindt: Espectaculares y con alto índice de adicción. Gracias a d10s se consiguen en pocos lugares, sino la sociedad estaría perdida

Y finalmente llegamos al podio. No me voy a animar a hacerlos en escala, el orden puede variar según gustos, pero son estos 3:

Chocolate Marroc, todavia no se que garcha es eso marron del medio, pero es infaltable.

El ultimo Milka que habia salido de chocolate con pedazitos de Oreo. siempre pregono aquellas comidas que son capaces de unir varias dentro de la misma. La unión hace la fuerza decían...

Finalmente nombro un chocolate con el que más de una vez me han comparado (no entiendo demasiado la razón). Chocolate Toffi negro con dulce de leche adentro. Da ganas de emborracharse de dulzura hasta la cirrosis.

Para otro día dejaré mi especialidad, los alfajores, ya que merecen capítulo aparte.

Digan lo que quieran, pero sobre gustos (de golosinas) ahora hay algo escrito.

viernes, 15 de enero de 2010

Una acción ineludible

Tras las fiestas y entre escapada y escapada que tiene el verano me dispongo a desarrollar un tema de extrema cotidianeidad. Quizás tan frecuente sea que uno no lo tiene en la conciencia sino que lo hace automáticamente y a veces hasta lo varía simplemente para cambiar la rutina. El saludo.

Todo saludo tiene algo de especial, ya sea el personal, el telefónico o incluso el saludo de Messenger. Cada uno de ellos y cada una de sus formas indican, voluntaria o involuntariamente, que espera la persona de la conversación y como esta predispuesta para la misma. Explico y ejemplifico:

Antes de empezar descarto todo tipo de saludos bizarros y antiguos que incluyen juegos de palabras. Una persona que saluda a otra con un como te baila? o un todo viento? no merece respuesta. No la merece eh, no es chiste, con una mirada que marque lo equivocado que está y lo lejos que quedó en el tiempo basta. Ni hablar de un que acelga?… pobrísimo.

Me molesta enormemente la gente que tras una conversación incluye un “cuidate” en el saludo. Peeero obvio que me voy a cuidar, cuidate vos! Y si querés, vení vos a cuidarme a mi pero no me digas cuidate, no soy tarado. Si estuvimos hablando, cruzamos aunque sea dos frases y te diste cuenta que la cabeza masomenos me carbura, no me digas cuidate, no soy un inconciente.

Otro modismo que no me gusta aunque de este me reconozco pieza ineludible es del “todo bien?” “si, todo bien”. Hay una propaganda dando vueltas por la tele sobre esta frase en particular. Me sentí muy identificado con el flaco que dice “no, la verdad que no” y la otra persona ya se fue. Me ha pasado, feea situación. No me gusta, pero contra ese no puedo hacer nada, soy parte.

Con respecto a un modismo propio del saludo físico, aborrezco a las personas, generalmente hombres, que al saludar con un beso, en lugar de colocar su mano en tu hombro, o quizás en tu espalda simulando medio abrazo si se trata de una relación de amistad, colocan la palma de su mano en la parte postero-superior de tu cabeza o en la nuca. NO!!! Bajo ningún punto de vista y en ninguna situación tolero ese saludo. En primer lugar porque cuido de mi pelo y no me gusta que me lo anden tocando y en segundo lugar porque el tomar la cabeza de la otra persona (en esta o cualquier otra situación que se les ocurra hacerlo) denota la intención del manejo del movimiento del otro. Una acción puramente soez, manipuladora, vil e infame. Asquerosa.

Hay un gesto muy visto desde los chicos (chicos) hacia los grandes totalmente admirable y desbordante de ternura. Ante el encuentro y el acercamiento del mayor a saludar al infante, este se aproxima como para dar un beso y luego inclina la cabeza como esperando recibir del adulto un beso en la frente o en la parte superior de la cabeza. Fantástico acto.


Digan lo que quieran, pero sobre gustos (de saludos) ahora hay algo escrito.

sábado, 19 de diciembre de 2009

Complementos insustituibles

Ante una situación como la que tuvo Estudiantes hoy, muchas veces me pregunto cuánta fue la gente que trabajó para llegar ahí. No me quedo solo en los once que jugaron, ni en los tres que entraron, ni en los suplentes que no lo pudieron hacer, ni siquiera en Sabella o en el presidente que no se como se llama. Quiero profundizar más. Atrás de Verón hay mucha gente bancándolo al igual que al resto de los jugadores. Atrás del DT hay montones de ayudantes trabajando constantemente en busca del éxito y muchas veces la gente solo valora o reconoce a la cara visible y no a toda la estructura que hay detrás. A eso apunto hoy.

No considero que todo el mundo deba conocer a toda la gente que está detrás, pero si darle su merecido reconocimiento y con las comidas pasa lo mismo. Ese es el punto que me interesa.

Aquella persona que disfruta una hamburguesa, quien REALMENTE la disfruta, no la come sola, la come acompañada por elementos externos e internos. Como externos nombraré principalmente a las papas fritas ya que no cabe ningún tipo de discusión al respecto. Como interno, creo que el tomate, la lechuga, el huevo y el jamón son cosas que suman muchísimo y que deben ser reconocidas, pero a su vez también son totalmente prescindibles. A diferencia de esto, quien no le pone queso a la hamburguesa, no quiero ser cruel, pero merece la muerte. Sin dolor eh, no quiero que sufran, ya sufrieron bastante comiendo hamburguesa sin queso, simplemente no valoran la vida (y sus gustos) y por eso no la merecen. Así de simple.

Pero todavía quiero entrar un poco más, ¿A quién no le gusta entrar un poco más? Mi objetivo de hoy es la comida de nombre compuesto, ambos italianos, pero comida argentina por excelencia: La milanesa napolitana. La milanesa no merece descripción por lo que me centraré en el napolitanismo, compuesto por queso, (orégano, si querés) tomate Y JAMÓN.

Aquel que sirve una napolitana sin jamón o quien así la pide es una persona que no sabe de estructuras ni valores. No sabe de compañerismo ni de trabajo conjunto. No entiende la cohesión grupal en busca de un fin común, en este caso: el sabor. Quien consume este símbolo argentino sin este fiambre NO está comiendo una milanesa napolitana, es más, desconoce a la misma y por ende desconoce uno de los símbolos patrios junto con el dulce de leche, el mate, la escarapela y el Mono Burgos.

Digan lo que quieran, pero sobre gustos ahora hay algo escrito:
La Milanesa Napolitana es con jamón.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Elecciones heladas

Hoy tengo pensado desarrollar un tema mucho más específico en relación a la semana pasada, aunque esto no significa que sea menos importante. Es más, diría que es esencial para la vida de todo ser humano. Generador de dilemas y enormes discusiones, entraré en un tópico (uno de los pocos) en el cual me puedo considerar palabra autorizada. Los gustos de helado.

Para comenzar quiero descartar de la discusión a los cuatro pilares (Vainilla, Frutilla, Chocolate y Dulce de Leche), no porque considere que no se puedan elegir, sino porque aquel que los escoge continuamente es claramente un chato. Una persona que vive lisa y llanamente y no puede ver más allá de las cosas, un simplista, un conformista.

En la segunda barrida voy a limpiar a todos aquellos que considero que ni entran en la discusión. Gustos que las heladerías no hacen sino simplemente los ponen en los carteles para rellenar, ya que estoy CONVENCIDO de que si uno va a Volta y pide Crema de nuez y Marrón glacé o el Mousse de arándanos de Freddo recibe (o debería recibir) como respuesta “no, disculpá, no tenemos”.

Párrafo aparte merece un gusto con más fama que Madonna, por lo que en más de una ocasión me esmeré por probar, le puse ganas, fui predispuesto, pero no hay vuelta, el Sambayón es un asco.
Vamos al punto entonces, ¿Cuál es EL gusto? ¿Cuál es la fija? Esta claro como pecho de albino. Las cuatro bases sobre la cual se sustenta el helado son:
-Las cremas,
-Las frutas,
-Los chocolates y sus variedades y
-El dulce de leche y sus variedades.

Por este motivo encontramos el gusto que reúne estas cuatro variedades en el sumum del sabor. La banana split. La banana split es una crema de banana (crema y fruta) con dulce de leche y granizado de chocolate. Es la anastomosis perfecta, un orgasmo del paladar.

En segundo plano, varios escalones por debajo, podemos encontrar sabores que reúnan tres de estas, como la Tramontana u otros que exploten la densidad de una sola variedad como el chocolate suizo o el dulce de leche tentación. Pero ninguno de ellos llegará, nunca, a hacerle sombra a la banana split.

Digan lo que quieran, pero sobre gustos (de helado) ahora hay algo escrito.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Presentación

Al sentarme frente al monitor pongo en práctica una idea que me ronda en la cabeza hace ya algún tiempo y sobre la cual la gente mas cercana a mi fue advertida.
Soy partidario de muchas frases pre-armadas pero a la vez disfruto refutar otras.

Nunca entendí por qué no podía haber nada escrito sobre gustos, si justamente es un tópico tan amplio del cual se podrían debatir años y hasta quizás podría no llegarse a ningún acuerdo, pero bajo la premisa de que de toda discusión es capaz de aportar algo nuevo, planteo esto.

Trataré de recorrer todos los ámbitos de la vida, yendo de lo global a lo específico y por ser la primera vez expongo un dilema que a todos aqueja y a su vez todos, mas o menos, queriendo o sin querer, recordándolo o no, fuimos parte, que es la contradicción.

Llevada al fútbol en este caso, me reconozco Bielsista de la primera hora, aquel que recibió insultos cuando la Selección quedó eliminada en Japón, como si yo le hubiera hecho el penal a Beckham o me hubiese corrido de la barrera en el tiro libre de Svensson.

Bielsa hoy es eje de enormes contradicciones, no solo por parte de la prensa. Ante la rotunda desilusión de aquel mundial y su posterior crecimiento en el país vecino, potenciado por ser este históricamente inferior y aún siendo mas enaltecido por los bochornos de nuestros últimos dos directores técnicos, la figura del profesor de educación física rosarino llega a medir, por estos días, más que el Everest.

Entonces pregunto yo desde la ingenuidad absoluta: A aquel que lo insultó hasta la afonía en su recordado regreso, le cabe el traje de “nuevo bielsista, anti-maradonabasilegrondona”??? Es justo para un ser humano recibir rótulos de “necio”, “soberbio” y “estenosabenadadefútbol” y al poco tiempo, por ganar un par de partidos, recibir pedidos de retorno de rodillas cuando TODOS sabemos que si no gana tres partidos saldrá el obvio “yo sabía, no tenía que volver” acompañado de algún “técnico de equipo chico” o “lo de Chile fue de culo”??

No es justo. No es justo para el, no es justo para nadie.
Digan lo que quieran, pero sobre gustos ahora hay algo escrito:
No me gustan los veletas.











Pd: dejo una frase de Miguel de Cervantes publicada en el prologo de Don Quijote, la cual me motiva muchas veces a escribir: “… por mi insuficiencia y pocas letras, y porque naturalmente soy poltrón y perezoso de andarme buscando autores que digan lo que yo mé sé decir sin ellos.”