jueves, 18 de marzo de 2010

Salimos y vamos viendo

Tengo muchas ganas, algo de tiempo y nada de ideas para sentarme a escribir.
Arranco e improviso sobre la marcha
Y puedo encarar para ese lado, la improvisación:

Una vez un gran profesor me dijo “No planificar es planificar el fracaso”.
Tras ese comentario y con un poco más de tiempo, me puse a recordar rápidamente los logros que había alcanzado en mi vida hasta ese momento en todos los aspectos. En las relaciones humanas, en lo laboral, en lo relacionado al estudio, todo.
Me di cuenta que en su mayoría habían sido planificadas mis formas de actuar de antemano. Todas ellas pensadas, repensadas, premeditadas y estudiadas.

A su vez me considero una persona sumamente impulsiva, pero en las pequeñas cosas.
Es decir, estar en la playa de noche con amigos y decidir sacarse la ropa y entrar corriendo al mar no requiere planificación previa, sino que es un acto totalmente impulsivo. Lo mismo el pasear, encontrar algo que te guste y comprarlo o estar cansado de todo, cagarte en las ocupaciones y compromisos y salir a correr un rato.

Improvisar es un arte y no todos están capacitados para realizarlo.
No todos los que si lo están, pueden hacerlo en todos los aspectos de la vida.

Pero volviendo a la planificación y a su importancia, mi pensamiento es que debe ser tan estricta como abarcativa, sin llegar a ser necia, pero rodeada de flexibilidad.

Ejemplifico:
En mi rol de Director técnico / Entrenador / Preparador físico ideo un entrenamiento con un objetivo X.
Absolutamente todos los entrenamientos son planificados con mucha anterioridad (estricto) y cada uno de ellos posee un espectro de ramificaciones para el cual se puede encarar según como resulte (abarcativo).
Al mismo tiempo, si veo que no resulta porque no es la forma, no son los medios o simplemente no es el día, cambio (no necio) y elijo otra de las ramificaciones o hasta puede que comience con lo planificado para el entrenamiento siguiente (flexible).

Qué quiere decir esto?
Que quien dice encarar la vida sin una planificación, es mentira. Su planificación es no planificar y no planificar es planificar el fracaso.
Generalmente, no siempre, porque uno a veces quiere tirar un centro y se la pone en la cabeza al 9, otras veces sale a la tribuna y otras veces (y sin quererlo) pifia el arquero y termina como golazo (KC).

De todas formas y para cerrar, cuanto uno más proyecte, prevea y planifique, más seguro se encontrará al actuar, pero a su vez siempre existe el factor azar, al cuál, cuanto menos margen le demos, mejor, pero a la larga, si tocás 90 minutos, pegas 3 palos y en un despeje sin destino el viento ayuda y te la clavan, los tres puntos se los queda el otro.
Si no preguntale a Vivas.

Que digan lo que quieran, pero sobre gustos ahora hay algo escrito:
Cada presunción está sujeta al veredicto de la realidad.

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